En un mundo donde el contenido se consume a gran velocidad, el video se ha convertido en una herramienta clave para que las marcas conecten con sus audiencias. Pero no cualquier video funciona: cuando se crea con intención, estrategia y un mensaje claro, puede transformar por completo la percepción de una marca.

Un video de comunicación tiene como objetivo transmitir un mensaje alineado con la identidad, los valores y las metas de una marca. Pero no todos los videos son iguales: cada uno cumple una función específica dentro de una estrategia de marketing y comunicación. Aquí te explicamos algunos de los más comunes:

Videos de branding 

Su objetivo es fortalecer la identidad de la marca, conectar emocionalmente y dejar una huella en la mente del consumidor. Aquí no se vende un producto en específico, sino que se comunica el propósito, la visión y la esencia de la marca. Es ideal para posicionarte y diferenciarte.

Videos de producto 

Muestra las características, beneficios y usos de un producto o servicio. Suele ser más directo y comercial. Es clave para generar interés, resolver dudas e impulsar decisiones de compra.

Video institucional

Presenta a la empresa desde un enfoque más global: su historia, equipo, instalaciones, valores, logros. Ayuda a construir confianza y credibilidad, tanto de cara a clientes como a socios o inversionistas.

Video de procesos o behind the scenes

Muestra cómo trabaja la marca detrás de cámaras: la elaboración de un producto, la atención al cliente, el proceso creativo. Este tipo de contenido humaniza y genera cercanía con el público.

Video educativo o informativo

Tiene como finalidad enseñar algo útil a la audiencia: tips, datos, tutoriales. Además de aportar valor, posiciona a la marca como experta en su rubro.

Cuando un video parte de una estrategia clara (con guión, propósito definido, tono adecuado y una producción cuidada) el impacto es real. No solo se ve profesional, también comunica con intención, genera recordación y potencia los resultados.En Puerta 14, creemos que cada video debe tener un “para qué”. No se trata solo de grabar, sino de contar una historia que conecte con quien la ve. Ya sea para redes sociales, una campaña o una presentación interna, un video bien hecho puede abrir muchas puertas… incluso las que aún no sabes que están ahí.